Los jóvenes no imaginaban ser intervenidos por las rondas campesinas y asaltaron a un humilde anciano en la comunidad de Candopamapa y luego le propinaron una golpiza.
Al ser indentificados los jóvenes acusados de asalto fueron intervenidos y luego llevados a un campo abierto donde recibieron el castigo rondero por familiares del agraviado.
Los padres de los jóvenes intervenidos también cogieron la pinza y le propinaron varios latigazos, aconsejándolos a no vuelvan a cometer errores.