¡Repudiable! Una mujer cansada de que su hijo le robe a diario dinero para ir a las cabinas de Internet, no tuvo mejor idea que quemarle las manos al menor con una plancha.
Pensó que de esa forma podía quitarle la costumbre al niño de jalar dinero para ir a las cabinas donde pasa horas jugando.
El pequeño, al no poder resistir el dolor de la quemadura, salió corriendo hacia la calle y fue visto por una vecina quien de inmediato llamo a la policía a fin de que intercedan por el menor, los efectivos policiales trasladaron hasta la dependencia policial a la madre quien confesó ser la autora del hecho.
«Le quemé las manos porque me cogía diario dinero para estar en las cabinas de Internet, use la plancha y las queme las manos para que se olvide de esta mala costumbre”, dijo ante la policía.
El personal policial llamó a la Fiscalía a fin de que constaten dicha denuncia.
Al investigar lo sucedido, el representante del Ministerio Público dispuso que el menor agraviado pase por el reconocimiento médico legal, comprobando que el niño era víctima de constantes agresiones físicas y verbales. Además de acuerdo al reconocimiento médico y el informe psicológico se ha verificado que el menor fue también víctima de violación sexual presentando desfloración anal antigua, las autoridades judiciales han dispuesto que el menor sea internado en una aldea infantil, mientras duren las investigaciones de Ley.
La madre del pequeño, cuando sucedieron los hechos desconocía lo que estaba atravesando su hijo de apenas 8 años. Al parecer era víctima de agresión sexual por un sujeto quien era su vecino. El caso es complejo, y mientras tanto la fiscalía continúa con las investigaciones, el agresor R.O.Z.P (34) del menor por el delito de violación sexual ya ha sido detenido y encarcelado en el penal de Huacariz, mientras tanto la familia solicita que se le imponga la pena máxima de cadena perpetua, y también se continúa con las investigaciones a los responsables de haber quemado las manos con una plancha al niño indefenso que a su corta edad ha experimentado amargas y crudas experiencias que han marcado el resto de su vida.
Los hechos lamentables se suscitaron en el barrio La Colmena Baja, en la ciudad de Cajamarca.