El dirigente del cuadro cajamarquino, Albert Cabanillas se pronunció sobre lo ocurrido en el Estadio Mariscal Cáceres de Tumbes.
“No dejaron dormir al plantel. Algunos individuos se acercaron en estado etílico para intentar ingresar al hotel y agredir a los jugadores”, declaró.
La pesadilla continúo momentos antes del encuentro. Durante su recorrido hacia el estadio Mariscal Cáceres los fanáticos del Alfred Nobel colocaron aletas de tiburón, con la finalidad de romper las llantas del bus que los trasladaba.
En su estadía en el coloso norteño, la situación no cambió. Se volvió más violenta -explicó Cabanillas-, sobre todo al final del encuentro, con la clasificación en el bolsillo.
“Tuvimos que salir en porta-tropas. Un policía recibió una piedra en el ojo y está a punto de perderlo. Mis jugadores también han quedado con hematomas, producto de las piedras que lanzaron los barristas”, finalizó.