Tras años de espera y múltiples postergaciones, la localidad de Chamis ha comenzado a ver concretarse un anhelo largamente esperado. Con la colocación simbólica de la primera piedra, el alcalde provincial de Cajamarca, Joaquín Ramírez, dio inicio oficialmente a la construcción de la carretera que conectará Chamis y otras comunidades con la ciudad.
La obra contempla una inversión superior a los 27 millones de soles y comprende más de 17 kilómetros de vía asfaltada, lo que beneficiará directamente a poblaciones de los sectores Corisorgona, Chamis, Cushunga y Sexemayo. El proyecto, según lo anunciado por la municipalidad, busca mejorar la conectividad, reducir los tiempos de traslado y dinamizar la economía local.
Durante la ceremonia de inicio, realizada en el mismo centro poblado de Chamis, se vivió un ambiente festivo. Danzas tradicionales como las pallas y chunchos, así como la participación de niños y familias enteras, acompañaron el acto, que fue interpretado por la comunidad como un hito en su desarrollo.
“Hoy empezamos a construir no solo una carretera, sino un futuro más digno para Chamis y su gente”, declaró el alcalde Ramírez durante su discurso. Por su parte, el alcalde del centro poblado, Julio Caja, destacó el cumplimiento del compromiso: “Gracias Joaquín por cumplir tu promesa. Tu liderazgo ha hecho realidad un sueño de generaciones”.

El proyecto fue parte de las propuestas de campaña de Ramírez, y su ejecución ha sido interpretada por diversos sectores como una señal de avance en infraestructura rural. No obstante, observadores señalan que el desafío principal será asegurar la continuidad técnica de la obra, el cumplimiento de los plazos establecidos y la sostenibilidad del mantenimiento a largo plazo.
La carretera a Chamis es uno de los proyectos emblemáticos que forman parte del plan de integración vial rural que la actual gestión provincial impulsa. Según fuentes municipales, se espera que los trabajos avancen en los próximos meses con supervisión directa y participación vecinal.
En un contexto en el que muchas promesas suelen quedar en el papel, esta obra representa —para los pobladores— un paso firme hacia el desarrollo regional. La expectativa ahora se centra en su ejecución efectiva y el impacto que tendrá sobre la calidad de vida de cientos de familias en zonas históricamente olvidadas.