Huacariz, condenados a la corrupción

Redacción
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Carceleros cuyo deporte favorito es golpear condenados y cobrar cupos para dar privilegios; prisioneros que dirigen bandas criminales sin importarles el encierro, un sistema legal que produce náuseas y no justicia, son los ingredientes de uno de los más famosos textos de Fiodor Mijail Dostoievski, “Recuerdos de la casa de los muertos”.  Esa narración es casi una radiografía del acontecer en las cárceles de nuestro país, sin ir tan lejos, del centro penitenciario Huacariz.

Juan Manuel Hernández Acuña logró fugar del penal de Huacariz el uno de enero del 2018.  Se escribe su nombre en el nefasto libro de los convictos que deciden recobrar su libertad bajo su propia ley.  Para su desgracia, a los ocho días de abandonar su celda, fue capturado por personal de Serenazgo mientras protagonizaba una pelea callejera con su pareja.  Queda esta escena para la bitácora de lo anecdótico.

Este condenado por asalto a mano armada, Juan Hernández, no hubiese logrado fugar no tener como aliados estratégicos a ocho reclusos más, quienes fueron detenidos por la policía.  Mientras se desencadenó un tiroteo entre bandidos y policías, Hernández se escabulló.  Una vez recapturado, fue enviado a Challapalca, el penal construido en la heroica Tacna.  Veremos si desde ahí decide fugar para recuperar los terrenos de Arica y Tarapacá arrebatados durante la guerra del pacífico, por Chile.

Hasta ahora nadie se explica cómo los presos salieron de su celda, llegaron hasta el patio central de la cárcel, abordaron la unidad móvil oficial y lucían uniformes de agentes del Instituto Nacional Penitenciario (INPE).

En su defensa, los reclusos dijeron que no querían fugar, sino participar de las marchas contra el indulto al presidente Alberto Kenya Fujimori Fujimori, estaban del lado de la moralización y en contra de la corrupción.  Dieron incluso declaraciones ante el reportero Luis Zevallos porque deseaban testigos de lo acontecido.  De esa forma su intento de fuga y rendición fue transmitido en tiempo real gracias a la magia de la tecnología celular.  No hay duda, gracias a la tecnología se borran las fronteras, y hasta los presos en intento de fuga pueden ser estrellas por cinco minutos.

Un reo de Huacariz que logró escapar por más de 20 años fue Germán Tongo Lulichac, quien fue detenido por la policía en el sector de Fonavi I.  Este sujeto, el año 1995, asesino a Juan Sangay Quito, dueño del fundo La Collpa Huacariz.

Tongo Lulichac fue condenado a 20 años de prisión por su crimen, pero el año 1997, logró escapar, para variar – al borde de la unidad oficial del INPE.

Este 2018, Tongo volvió a Cajamarca para ver a su madre, quien se encuentra enferma, y durante un operativo policial se lo detuvo y ha vuelto a Huacariz, para purgan su pena.

Estos episodios, solo son la punta de un iceberg llamado corrupción.

El centro penitenciario Huacariz es un desagüe, literalmente.  No solo reúne a ranqueados delincuentes condenados por narcotráfico, asalto, violación sexual y secuestro.  Esa cárcel se convierte en el centro de operaciones de bandas organizadas que hacen de las suyas, y de poco o nada sirven barrotes y candados a la hora de extorsionar, dirigir asesinatos o ejecutar fechorías.  Para hacer negocios no hay barreras físicas, dicen los expertos en finanzas, y eso se cumple en la penitenciaría.

El Penal de Huacariz, como todos los penales del país, está sobrepoblado. Su capacidad es para 500 y hasta 600 reclusos, sin embargo, actualmente alberga a 1520 internos, es decir, 3 veces por encima de su capacidad.

Aló…¿Huacariz?

Hace días, Santos Cano Heber, natural de Chiclayo, agente del INPE fue intervenido por ingresar un celular al centro penitenciario.  Ese agente de seguridad de cárceles fue descubierto durante la revisión diaria, lo cual es más que anecdótico, pues nadie puede confirmar si antes no introdujo equipos celulares a ese recinto.

Este caso evoca a un pastor evangélico, quien fuera detenido el 2017, este hombre Dios tenía por costumbre ingresar equipos celulares camuflados en su Sagrada Biblia.  No hay duda, en las Sagradas Escrituras está la libertad.  Claro, este guía espiritual está condenado y deberá hacer méritos para redimir su pecado.

Se ha detectado durante el mes de enero, a un sujeto que intentó ingresar celulares en un táper con arroz.  Y son dos mujeres las intervenidas por ingresar celulares a la prisión utilizando su vagina como valija.

El 2017 se incautaron más de 30 equipos celulares entre teléfonos, chips, cargadores.  Unos fueron ubicados gracias a operativos dentro de la prisión, otros en revisión personal de visitantes al penal.

La fiscalía dirigió operativos en celdas específicas por ser el origen de llamadas de extorsión, incluso se revisaron por completo pabellones, y los resultados siempre fueron positivos: equipos de telecomunicación, armas blancas, armas de fuego y drogas.

De vigilante a preso

El 30 de diciembre de 2017, fue recluido en Huacariz Gerardo Becerra Cabada, quien fuera director de ese centro penitenciario.  Pasó de ser el vigilante de la ley, a un simple recluso más.

Becerra Cabada fue acusado, procesado y condenado por el delito contra la administración de justicia en su modalidad de encubrimiento personal.  Recibió el Año Nuevo tras los barrotes.  El  juez José Luis Morales Boñón lo sentenció a diez años de prisión efectiva.  Las pruebas fueron contundentes, mientras Becerra ejercía el cargo de director del penal liberó a los reclusos Luis Antonio Arias Albarrán y Edgar Hernán Ancajina Ventura.  A las autoridades del Poder Judicial no informó sobre esa liberación, y cuando fue cuestionado solo alegó que los reos habían cumplido con jornadas laborales y de proyección que les dieron el beneficio de reducción de pena.  Enterado de estos actos irregulares el juez Morales Boñón denunció al ex director y ahora paga por sus favorecimientos tan bondadosos.

Otro ex director del penal de Huacariz involucrado en escándalos de corrupción es Genaro Escamilo Gómez, quien es procesado por ejercer presión contra un recluso (colaborador eficaz) en el caso contra el presidente Ollanta Humala y la presidente del Partido Nacionalista Nadine Heredia.

Según la carpeta fiscal en su contra, Escamilo Gómez es tristemente reconocido por ese tipo de habilidades a fin de persuadir a colaboradores en casos espinosos, y se retracten de las acusaciones.

Escamilo Gómez, niega haber ejercido presión alguna.  “Niego rotundamente algún acto de este tipo”, ha dicho en todos los idiomas.

Estos casos no son aislados, a nivel nacional son 262 agentes del INPE (de un total de 10 mil en las 69 cárceles del Perú) que están procesados administrativa y judicialmente.  Corresponderá al Poder Judicial determinar su responsabilidad penal y por parte del Inpe, cuando hay una infracción administrativa son separados definitivamente.

Las 69 cárceles del Inpe tienen capacidad para 24 mil 873 internos. Sin embargo, albergan a casi 46 mil presos, de los cuales 27 mil 676 no han sido sentenciados, según cifras oficiales.

El hacinamiento es la madre de todos los males del sistema penitenciario. Como señala un informe de la Defensoría del Pueblo, las condiciones carcelarias no aseguran la dignidad humana. Reducen a los internos a «cosas» y les privan de derechos fundamentales como la alimentación y la salud. La Defensoría ha advertido en sucesivas ocasiones sobre la pérdida de control en los penales y ha instado al Estado a ejecutar una reforma penitenciara integral y urgente.