“Si los médicos no actuaban oportunamente, mi padre habría perdido la vida”, cuenta Tiffany Aguilar Chinguel, ex pareja de Favio Rafael farfán Ochavano, sobrino de Jefferson Farfán.
Según Tiffany, el pasado fin de semana fueron a una celebración de la familia. Favio, de 18 años y ex futbolista de la reserva de UTC, se embriagó y la joven le pidió que regresen a la casa de sus padres porque estaba buscando pelea.
En la casa, ubicada en la cuadra 14 de la avenida La Paz, Favio arrojó a la pequeña hija de ambos a la cama. pudo haberla lastimado y Tiffany le reclamó.
La empezó a golpear y ella cogió una tabla, pero Favio se la quitó y con esa misma tabla de madera la golpeó en el ojo.
Según la chica de 19 años, quien tiene otra hija de un compromiso anterior, su ex pareja le propinó puñetazos y cabezazos. “Hasta ahora me duele mi nariz a pesar de que han pasado 4 días”, dice la chica.
Lo peor vendría después.
Según Tíffany, al verse sola e indefensa llegó a temer por su vida y llamó a su padre.
Favio había levantado un cuchillo de la cocina con el que amenazaba a la madre de su hija. Y cuando llegó el padre de Tiffany, Carlos Rojas Zegarra, Favio lo atacó con el cuchillo y le propinó dos puñaladas cerca de la axila.
“Yo esquivé el ataque porque su intención era apuñalarme en el corazón y matarme, yo lo veo así”, cuenta Carlos Rojas.
Las 2 puñaladas no le llegaron al corazón pero comprometieron el pulmón. “En la ambulancia le decían al conductor que acelere porque podían perder al paciente”, cuenta Tífanny.
La joven ya presentó la denuncia contra su ex pareja. “Me podría haber matado a mí, a mi papá y hasta ahora tengo miedo y no quiero que se me acerque”, declaró.
Favio viajó a Lima y tal vez ya no vuelva a jugar en el club UTC.
Tíffany indica que el joven futbolista, a quien conoció hace dos años en el estadio, debería estar en la cárcel y pide a la ministra de la mujer que se interese en su caso.
“Pude ser otra cifra, otra víctima de feminicidio, podría haber terminado en un ataúd porque esa persona no es normal y necesita tratamiento psiquiátrico. “No es la primera vez que me golpea, empezó con un lapo, jalándote el cabello y pudo terminar con mi vida”, reflexiona Tíffany.
Con información de Eduin Lozano.