La leyenda relata el amor prohibido que existía entre un hombre de Oxamarca y una mujer de Celendín, en la región Cajamarca, en lo profundo de los andes del Perú.
Cuando el joven se decidió a pedir la mano de su amada, los padres de ella, lo echaron de su casa amenazándolo que de insistir no volvería a verla, pero tanto fue el amor que la joven sentía, que no dudó en escapar con su amado.
La pareja se refugió por un tiempo en un lugar llamado Vigaspampa, planeando casarse para Semana Santa. Cuando el día de la boda llegó, los enamorados vieron a lo lejos, un batallón de personas que se acercaban poco a poco hacia Vigaspampa, los novios reaccionaron y con ayuda de los moradores se escondieron en un túnel por donde pasaba el río Pachachaca.
El padre de la novia, estaba dispuesto a encontrarlos a como dé lugar. Llegada la noche, las antorchas se prendieron para seguir con la búsqueda, pero como si el viento estuviera a favor de los enamorados, comenzó a soplar y con ello llegó también una furiosa lluvia.
Escondidos en el túnel y entre la oscuridad de la noche fría, los novios vieron a la multitud retirarse huyendo de la fuerte lluvia.
Sin embargo, la lluvia también había ocasionado que el caudal del río aumentará y los enamorados quedaron atrapados en el túnel.
El novio quería asegurarse de que todos se habían ido, así que pidió que le trajeran un caballo… «Espérame ya regreso por ti» le dijo a su amada.
La leyenda cuenta que cuando el novio estaba apunto de salir del túnel, el caballo se desquició, comenzó a relinchar y saltar asustado. «Vio algo», decía la gente. De pronto el caballo y el joven jinete cayeron a la boca del río, siendo arrastrados por la corriente, «se cayó, se cayó», gritaban.
La novia que se encontraba al final del túnel, al escuchar los gritos, angustiada, se estiró a ver a su amado, perdiendo el equilibrio y resbalando hacia el precipicio.
La lluvia aumentó… “se cae el cielo”, decían… no paró de llover sino hasta las 3 de la tarde del día siguiente.
Tras una intensa búsqueda, no pudieron dar con los novios, el río estaba demasiado cargado y agresivo. Cuando el caudal bajó, el extraño lenguaje del agua plasmó frente al túnel la silueta de una novia. De ahí viene el mito que la novia sigue esperando a su amado.
Existen muchos relatos que giran al rededor de la catarata ‘La Novia’, en Vigaspampa – Celendín.
Relatado por Jorge Quispe (poblador de Oxamarca, Celendín).