Una negligencia médica ocurrida en el Hospital General de Jaén, Cajamarca, ha conmocionado a la región y al país. Dos madres descubrieron, seis años después del nacimiento de sus hijos, que los bebés les fueron entregados erróneamente tras el parto ocurrido el 24 de diciembre de 2018. El error fue confirmado mediante pruebas de ADN, lo que dio inicio a un proceso judicial cargado de dolor, incertidumbre y consecuencias emocionales irreversibles.
La enfermera Liliana Barboza Muñoz habría sido quien cambió los bebés. La licenciada falleció en enero de este año producto de una gran depresión debido al caso.
Lamentables declaraciones de la directora del hospital
En declaraciones a la tv nacional, Diana Bolívar Joo, directora del hospital de Jaén señaló que no sabía del caso. Pero las madres involucradas la refutaron expresando que la funcionaria se negaba a presentarse a las audiencias.
Las madres indignadas, señalaron que personal del hospital y autoridades no han brindado ningún apoyo a las familias involucradas, no se acercaron para nada. «Ni siquiera nos han dado apoyo psicológico», expresaron.
Las palabras de la directora del hospital de Jaén fueron aún más indignantes y poco sensibles para las madres. «Nosotros no conocemos lo que ustedes están hablando y me están reclamando. Nosotros hemos atendido todo…», dijo la doctora.
Declaraciones tibias del titular de la Diresa
El director regional de Salud de Cajamarca, Dr. Romel Cerda, calificó el caso como “de nuestra parte las disculpas del caso por algunas declaraciones que han causado impacto negativo, sumando el dolor que estas familias han sufrido”, y afirmó que las sanciones o permanencia de la directora del hospital de Jaén depende directamente del gobernador Roger Guevara.
“Mi opinión personal es que la doctora ha puesto por encima la parte técnica. El error va a seguir proceso administrativo y si es necesario la sanción porque así lo dice la parte normativa. Cuando el error causa daño a la personas tienes que ser sancionado», señaló Cerda.
Seis años criando al hijo ajeno
El caso, que permaneció oculto por años, salió a la luz tras la sospecha de una de las madres, quien solicitó una prueba de ADN al notar ciertas diferencias físicas. La prueba reveló que el niño que criaba no era su hijo biológico. Al realizarse una investigación más profunda, se descubrió que los bebés habían sido intercambiados al nacer por una grave negligencia del personal del hospital de Jaén.
Ambas madres, en medio de un profundo dolor, acataron recientemente una orden judicial que les exigía entregar a los menores a sus madres biológicas, tras criarlos durante más de seis años. El cambio se hizo en medio de lágrimas, confusión y un proceso de adaptación doloroso tanto para los niños como para los padres.
Una sentencia anulada y más incertidumbre
Sin embargo, la historia dio un nuevo giro judicial. La Sala Descentralizada Mixta de Jaén de la Corte Superior de Lambayeque anuló la sentencia que rechazaba la demanda de la Fiscalía de Familia, la cual solicitaba que la entrega de los menores se hiciera de forma progresiva y con acompañamiento psicológico. Esta medida implica que el proceso deberá retomarse, generando aún más tensión y malestar entre las familias involucradas.
La Fiscalía apeló el fallo inicial por considerar que la entrega inmediata de los niños podría afectar gravemente su estabilidad emocional. Ahora, con la anulación de la sentencia, el caso permanece en un limbo legal mientras ambas familias esperan una solución más humanitaria.
Un llamado a la reflexión institucional
Este escándalo ha puesto bajo la lupa el funcionamiento del hospital de Jaén y la necesidad urgente de protocolos claros en maternidades y áreas neonatales, así como controles de identidad más rigurosos. La Dirección Regional de Salud ha anunciado la apertura de un proceso administrativo para determinar las responsabilidades del personal involucrado en el hospital de Jaén.
Mientras tanto, dos madres, dos familias y dos niños siguen lidiando con las secuelas de una verdad descubierta demasiado tarde. Un error que, más allá de lo jurídico, ha dejado una huella imborrable en la vida de todos los involucrados.