Hasta hace poco más de un año, no tenía ningún perro en casa. Era complicado debido a mi ritmo de vida fuera de Cajamarca, trabajo y estudios. Hoy, tengo cinco. Unos adoptados otros rescatados.
Al caminar por las calles en Cajamarca y algunos parques, es frecuente encontrarse con al menos un perro abandonado. Viven en la calle soportando el inclemente frío en la ciudad del cumbe.

Ciertamente constituyen un problema urbano, en temas de limpieza pública y también ‘peligro’ para los peatones y vecinos. Quizás por eso varias personas optan por envenenar a los canes.
Hace unos meses, varios perros resultaron muertos en el distrito de Jesús y cerca a la plazuela Amalia Puga, a unos pasos de la primera Comisaría de Cajamarca. Murieron rápidamente, consecuencia de la represalia de alguien que ve en la muerte la solución a un problema que le compete a autoridades y sociedad en general.
Vivir abandonados en calle, en la intemperie, sin alimento, sin cariño y soportando las bajas temperaturas de la fría noche, hace que sean animales ‘salvajes’, pues no reciben casi nada de nadie.
Como dije al principio, los perros callejeros están por casi todos lados y la mayoría ve problemas, sin embargo, hay gente que se compadece y comprende a estos animales. Les dan agua, alimento y abrigo.

Hay vecinos y otras organizaciones en Cajamarca como Mi pequeño Hermano, que buscan cambiar la situación y fomentan eventos como las caminatas por la paz animal, pero falta que la población se comprometa y razone. Son animales y necesitan ayuda. Eliminarlos o ser indiferentes no es la solución.
Hace unas semanas, la Universidad Nacional de Cajamarca ofreció la manutención, cuidado y alojamiento de los canes, lo cual sería genial. Sin embargo, hay serias dudas respecto al cumplimiento de lo que ofrece, pues en reiteradas ocasiones se ve a perros caminando con algunas partes de su cuerpo cosidas dentro de la UNC.
También la Fiscalía ha intervenido ambientes de la carrera de Medicina Veterinaria y ha encontrado a perritos en pésimas condiciones. Esto hace suponer que los pequeños de cuatro patas no estarían bien protegidos allí. Habría que ver la manera de que la UNC garantice el bienestar de los animales y no los lleven para las prácticas de sus estudiantes.

Como he dicho, los perros callejeros es un tema que se debe solucionar en conjunto: instituciones públicas y privadas, organizaciones y población en general. A continuación algunas propuestas para que la Municipalidad Provincial de Cajamarca, Gobierno Regional y otras instituciones puedan tratar este problema en coordinación con la población. Aquí algunas soluciones simples que pueden ser implementadas de manera eficiente por las instituciones y vecinos:
1. Campañas de esterilización y vacunación
Se deben reforzar y hacer más frecuentes las campañas de esterilización y vacunación. No solo en la ciudad, sino también en el campo. Esto ayudará a frenar la reproducción de los animales que sufren y mueren en la calle. Y lo más importante, cuidar la salud de la población. Aquí un llamado al Gobierno Regional de Cajamarca.
También se debe trabajar en la sensibilización a la población. Los vecinos se deben involucrar en el tema y ser generadores de cambio. El cambio que tanto necesita Cajamarca y el país.
2. Dispensadores de comida

Se trata de instalar recipientes con comida en algunos puntos de la ciudad para que los perros puedan alimentarse. No tienen que ser fijos, sino también, portátiles para que así se puedan atender varios puntos de la ciudad.
Así se puede evitar que los perritos busquen alimento en la basura y mejorar su calidad de vida.
Al acercarse a comer, se podrá tomar registro de ellos.
3. Identificación y apadrinamiento
Esto consiste en ponerle un collar con un nombre y número a cada perro abandonado en la calle. Así se podría llamar a cada uno por su nombre e integrarlos. Sería de gran ayuda que la Municipalidad Provincial de Cajamarca se encargue de este punto.
Esto permitirá que se tenga una base de datos con la cantidad de estos animalitos que tenemos en la ciudad y ayudará a implementar mejor las campañas de esterilización y vacunación.
En cuanto al apadrinamiento, una persona podría ser padrino de un perrito, darle comida y agua sin llevarlo a su vivienda, hasta que encuentre un hogar.
En algunos países hay empresas que adoptan o apadrinan a los canes. Les colocan su collar e incluso, le dan un cargo en la compañía.
Por ejemplo en Brasil, Tirilo era un perrito callejero, hasta que fue adoptado por los trabajadores de un grifo y lo nombraron gerente.

Según los medios, el perrito estaba asustado, desnutrido y con sarna. Los trabajadores lo vieron y le dieron la atención necesaria. Luego lo adoptaron y lo nombraron gerente. Poco tiempo después, publicaron el siguiente post:
«¡Hoy, hace 9 meses que estoy en el puesto! […] Aquí encontré amigos de verdad que me aman. ¡Hicieron mi uniforme, gorra e identificación! Ahora soy el gerente. ¡Gracias a todos los que me cuidan directa e indirectamente! ¡A los que siempre preguntan cómo estoy! ¡Gracias a todos!», postearon. Obviamente, se hizo viral.
Si eres dueño de un negocio o empresa, imagina que en tu puerta o al costado se lea: «Actualmente somos padrinos de Valquiria». Porque recuerda, pueden ser padrinos por determinado tiempo. Al margen del marketing, la idea es dignificar la vida del animal.
4. Adopción
Realizar los tres paso arriba, debería conllevar a que la población también se involucre con la problemática y adopte, para que así, cada perrito tenga un hogar y haya menos en la calle.
Sin embargo, no se trata solo de dar en adopción, sino, ver quién adopta y hacer un seguimiento para verificar que los animales estén mejor.
De los cinco perros que tengo, todos son adoptados. Resctados de la calle, sacados de un canal y un albergue.
Lo mejor que se puede hacer es darle hogar a un animal que necesita ayuda y cariño. No compres. No fomentes la reproducción forzada con fines de lucro. El amor y cariño de un perrito adoptado no es menos que el de un comprado.
Y, es mentira que no se puede adoptar un perro ya adulto.