Este domingo en la noche, un artefacto explosivo fue detonado en la puerta de una pollería ubicada en la cuadra 4 de la avenida Perú, una de las vías más transitadas de la ciudad de Cajamarca. La explosión no dejó heridos, pero sí causó serios daños materiales en la fachada del establecimiento y provocó pánico entre los vecinos del sector.
Testigos relataron haber escuchado una fuerte detonación alrededor de las 23:50 horas del domingo, seguida de un breve corte de energía en los alrededores. Minutos después, personal de la Policía Nacional del Perú (PNP) llegó al lugar para acordonar la zona e iniciar las pericias correspondientes. Hasta el cierre de este informe, no se han identificado a los autores del atentado ni se ha confirmado el móvil, aunque las autoridades no descartan que se trate de un nuevo caso de extorsión.
«Se ha encontrado restos de material explosivo que serán analizados por la unidad especializada», indicó a La Rotativa un agente de la División de Criminalística. El caso ya ha sido derivado al Departamento de Investigación Criminal (Depincri), que también revisa las grabaciones de cámaras de seguridad de viviendas y comercios cercanos.
Este hecho se produce en un contexto de creciente preocupación ciudadana por la ola de actos delictivos registrados en la ciudad en los últimos días. La semana pasada, trabajadores del centro de salud de la Tulpuna recibieron amenazas de muerte y sujetos en moto balearon a vivienda en pleno centro de la ciudad.
La modalidad delictiva basada en la colocación de explosivos o amenazas directas a comerciantes se ha vuelto cada vez más común en otras ciudades del país, como Trujillo y Chiclayo, y ahora parece replicarse en Cajamarca, antes considerada de baja incidencia criminal.
De momento, el local afectado permanece cerrado y se espera que las investigaciones avancen con mayor celeridad en las próximas 48 horas, especialmente tras la recopilación de imágenes de video y testimonios claves.
La explosión marca un preocupante precedente en Cajamarca, que hasta hace poco era ajena a este tipo de atentados, y refuerza la percepción de que el crimen organizado se está expandiendo a territorios históricamente más tranquilos.