Mientras la desnutrición infantil aumenta en la región Cajamarca, en la gestión de Roger Guevara gastan más de 15 millones de soles en refrigerios y bocaditos para personal.
Hace una semana revelamos el gasto de 30 millones de soles en viajes en el Gobierno Regional de Cajamarca, sin embargo, investigando gastos en otros servicios, encontramos que la gestión de Roger Guevara destinó más de 15 millones de soles a bocaditos y refrigerios durante los años 2023 y 2024.
Según la consulta amigable del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), el gasto en alimentos de consumo humano en el Gorecaj ascendió a S/ 8,091,559 en 2024. Un gasto que es realmente una cachetada la población y a los niños y niñas que sufren desnutrición y anemia en toda la región.

En 2023 comieron menos
De acuerdo a la información del MEF, en 2023 el Gorecaj registró un desembolso de S/ 6,963,856. Haciendo la suma, tenemos un gasto total de 15,055,415 soles entre los años 2023 y 2024.

Los bocaditos y refrigerios están muy caros o alguien está comiendo mucho en la gestión de Roger Guevara, mientras Cajamarca lidera la desnutrición infantil a nivel nacional.
¿Qué justifica este gasto?
La región Cajamarca lidera las estadísticas de desnutrición infantil con 25.7 % y el 44.5 % de su población viviendo en condiciones precarias. En este contexto, destinar más de 15 millones a refrigerios es un insulto para los cajamarquinos que carecen de servicios básicos y los niños y niñas que sufren desnutrición.

Mientras tanto:
- Familias deben caminar kilómetros para acceder a agua limpia, atención médica y medicinas.
- Las escuelas rurales permanecen en estado deplorable, afectando el aprendizaje e integridad de miles de niños.
- Los hospitales de la región enfrentan serias carencias de medicamentos y personal.
El despilfarro en alimentos para reuniones y eventos oficiales del Gorecaj refleja una desconexión total entre las autoridades y las verdaderas necesidades de la población.
Un ejercicio para reflexionar
Como diría el gobernador Roger Guevara: “Hagamos el ejercicio”. Con 15 millones de soles se podría haber financiado:
- La construcción de centros de salud y equiparlos.
- Programas de alimentación escolar para combatir la desnutrición infantil y anemia en zonas vulnerables.
- Obras de saneamiento básico en beneficio de las comunidades.
Pero, en lugar de priorizar estas inversiones, el dinero público se dilapidó en bocadillos, sin que quede claro quién se benefició realmente de estos gastos.
La falta de transparencia
El Gobierno Regional aún no ha explicado (y probablemente no lo haga) en detalle el destino de estos fondos:
- ¿Qué criterios se usaron para justificar un gasto tan elevado?
- ¿Qué proveedores fueron contratados?
- ¿Qué impacto concreto tuvo esta inversión en el bienestar de la población?
La ausencia de rendición de cuentas solo alimenta la percepción de un gobierno más preocupado por el «catering político» que por resolver los problemas fundamentales de la región.
Un llamado a la acción
Cajamarca necesita un cambio de rumbo. La gestión de recursos públicos debe enfocarse en atender las necesidades más urgentes, no en satisfacer lujos innecesarios. La ciudadanía tiene derecho a exigir transparencia y eficiencia en el uso del presupuesto.
Los más de 15 millones gastados en bocaditos entre 2023 y 2024 representan un símbolo del despilfarro y la desconexión de un gobierno que, en lugar de trabajar por su pueblo, parece estar más interesado en atender su propia mesa.
Cajamarca merece líderes que prioricen la lucha contra la pobreza, no quienes invierten en refrigerios mientras la población sigue enfrentando carencias esenciales.