Después de un ingente trabajo de campo, el autor de ‘Ligar al primer clic’, Luigi Landeira, nos desvela los sitios en los que sí o sí
El ritual sexual de los cavernícolas consistía en una danza rítmica cuyo paso principal era dar palmadas a mamporrazos sobre calaveras de animales. Aunque cueste imaginarlo, este rito desembocaba en unas ganas irrefrenables de aparearse. Al hombre o a la mujer que hoy pretenda ligar usando esta técnica probablemente lo único que le acompañe a casa esa noche sea una calavera. O una denuncia por exhibicionismo.
El periodista y especialista en relaciones de pareja Luigi Landeira (44 años, Ferrol) muestra en su libro Ligar al primer clic (Ed. La esfera de los libros) otros métodos más sencillos, y menos arriesgados, para dominar el noble arte de la seducción. «No hay una segunda oportunidad para una primera impresión. Por eso, sobre todo en los primeros momentos, es importante parecer una persona normal», afirma Landeira como primer consejo.
«Los asistentes solteros a una boda son más conscientes de su soltería que nunca y uno de sus objetivos principales suele ser acabar emparejado, aunque sea por una noche»
Si eres de los que aún cree que preguntar «¿estudias o trabajas?» a la persona a la que pretendes conquistar es una buena forma de romper el hielo, presta atención a los consejos que Landeira ofrece a continuación. «Para seducir basta con tener la absoluta seguridad de que se va a seducir. El resto es paja, pero una paja que tampoco se debe descuidar», apunta el autor.
Estos son los siete sitios donde, según Landeira, es más fácil ligar:
Bodas
Olvida las discotecas y centra tus esfuerzos y esperanzas en la boda de tu primo. Sí, es cierto que en las discotecas se puede ligar, pero mucho menos de lo que podrías hacerlo en una boda. «La competencia en una discoteca es muy dura: hay decenas de personas que se pasan la noche insistiendo… hasta que casi siempre lo consiguen», explica Landeira.
Pero, ¿por qué una boda es un buen escenario? «Esta ceremonia supone una exaltación del amor al máximo nivel. Los asistentes solteros son más conscientes de su soltería que nunca y uno de sus objetivos principales suele ser acabar emparejado, aunque sea por una noche. Además, es un entorno familiar que hace que uno se relaje y se fíe más de cualquiera que quiera entablar una conversación. También ayuda que se va muy bien arreglado y, claro, se bebe bastante».
El Súper
Cuando vas a hacer la compra sin acompañante, encontrar a una persona solitaria en el pasillo de los lácteos puede generar mucha empatía. El lugar donde elegimos hacer la compra se convierte en un nexo de unión fuerte. Dice mucho de la situación económica y del estilo de vida y las prioridades de cada uno. «Normalmente, hacer la compra es una experiencia tediosa. Por eso estamos más predispuestos a dejarnos llevar por cualquier estímulo que pueda animarla», asegura el autor.
Acercarse a esa persona que duda entre comprar la leche de soja o la de avena y hacerse el interesante aconsejándole la segunda puede ser una buena forma de romper el hielo.
Cursillos de cocina
Acudir a un curso de cocina es una de las mejores opciones para entablar contacto físico e intelectual con la persona que te interesa. Y no importa que sigas creyendo que tienes que desmembrar a una tal Juliana cada vez que te dicen que cortes la cebolla. Apréndete tres o cuatro palabras del libro de cocina que te regalaron con el juego de sartenes y déjalas caer en cuanto veas la oportunidad. Palabras como «emulsionar», «atemperar», «caramelizar» o «reducir» pueden convertirse en tus aliadas.
«Se da un ambiente íntimo donde hay una afición común que genera conexión y puntos en común que facilitan la conversación. Un cursillo es uno de los mejores lugares para ligar porque se rompe el hielo de forma natural», confiesa Landeira.
Ascensores
«La parte animal se desata en un ascensor», asegura el autor de Ligar al primer clic. Tener una aventura fortuita en el interior de un ascensor es una fantasía recurrente que el cine y la literatura se ha encargado de alimentar, y no sin fundamento. «Se trata de un espacio cerrado en el que se produce un intercambio hormonal salvaje cuando hay química entre dos personas. Esto se debe a las feromonas, que empiezan a circular e invadir un área muy reducida», explica el especialista.
Este escenario, además, se presta a conversaciones naturales que vienen dadas por las circunstancias.»Se entiende que es normal iniciar un diálogo, aunque el de al lado sea un completo desconocido, porque se está compartiendo un espacio muy pequeño», enfatiza el periodista.
Manifestaciones
En una manifestación no puedes fallar. Todo a tu alrededor está contigo. No importa a qué se dedica la persona que tienes al lado, ni es del Madrid (y tú del Barça), ni si escucha Máxima FM en el coche. Esa persona está luchando por las mismas causas sociales y políticas que tú, y no existe unión más fuerte que esa. «Compartir una ideología en la que se cree hasta el punto de luchar y dar la cara por ella es uno de los temas más fuertes que se pueden tener en común», apunta Landeira.
Cafés ‘co-working’
Ese hombre o esa mujer que tienes enfrente está trabajando. Por amor de Dios, ¿qué puede salir mal? Ya lo decía tu madre: lo más importante es que sea trabajador/ora. Y un espacio co-working todos los que están vienen a ganarse el pan.
«Se trata de un ambiente diurno, sano y nada turbio. Es de día y eso genera más confianza. Todo es más claro y nos da la sensación de tener mayor control sobre la situación. Existe una tendencia generalizada a pensar que los que andan por ahí de noche tienen más papeletas para ser vampiros, estranguladores o asesinos en serie. Por norma general, da mejor espina alguien que sale de día», sentencia Landeira.
Museos
Este lugar invita a hacerse el entendido. Es tu momento. Aquí te puedes lucir sin pecar de pedante. «Es la oportunidad perfecta para entablar una conversación distendida con esa persona que te ha llamado la atención con la que tienes, como mínimo, un interés en común», señala el especialista.
Los tediosos tiempos de espera en las colas que se forman en muchos museos invitan a observar el entorno y fichar a quienes esperan pacientes el momento de entrar. «Hacemos colas para todo y aprovecharlas para conocer gente se ha convertido en un método para ligar tan valido como cualquier otro», dice Landeira. Si hay suerte, entrarás al museo con un contacto de WhatsApp nuevo. Suerte.
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