Después de analizar cómo se comportan tres millones de personas en países europeos al llamar por sus celulares y al interactuar en sus redes sociales, investigadores aseguraron que los jóvenes no paran de conectarse socialmente hasta esta edad.
Están los que piensan que era más fácil hacer amigos durante la infancia. Esa hipótesis, de la que no se tenía evidencia científica, fue confirmada este viernes por la publicación de un estudio de la Universidad Alto en Finlandia y de la Universidad de Oxford en el Reino Unido. En él, aseguran los expertos, la edad en la que las personas tienen el máximo número de conexiones sociales es a los 25 años.
La conclusión surgió de un análisis de datos. Los investigadores tomaron como muestra a tres millones de usuarios de teléfonos móviles en Europa. La idea era estudiar sus patrones de comportamiento en cuanto a la frecuencia y a la duración de sus llamadas, además de sus maneras de interactuar en redes sociales.
El resultado fue claro: los jóvenes no paran de hacer amistades hasta que cumplen 25 años, después de que pasan esa edad las pierden rápidamente, con una leve diferencia entre las mujeres y los hombres. Las primeras pierden más rápido a sus amistades que los hombres, pero cuando llegan más o menos a los 40 años, los varones terminan con un número más reducido de amigos en comparación con ellas. La explicación podría ser que las mujeres invierten más esfuerzos en mantener o encontrar a su ideal de mejor amigo o mejor amiga y al encontrarlo, se les va la vida conservándolo.
Aunque la hipótesis es más amplia. El fenómeno podría ser que alededor de los 30 años, las personas ya tienen definidos sus interéses vitales, explicó el profesor de psicología de la UOC Adrián Montesano al diario ABC de España. Es por eso que se pierden las viejas amistades, porque las personas que estuvieron ahí desde la infancia o como el grupo durante la adolescencia dejan de ser iguales a uno. Así que ya no se ven como una referencia fundamental para construir la propia identidad.
Para ser más claros, «cuando eres joven, lo que tienes por delante es un potencial indefinido muy grande, no has definido tu vida, ni tus gustos, ni tus criterios de elección. A medida que te haces mayor te vas definiendo, y como la amistad normalmente funciona entre iguales, cada vez son menos los “iguales” que encuentras en el mundo», explicó el sociólogo Francesc Núñez, investigador en emociones de la UOC, para el mismo portal.
Pero la razón podría ser motivada por el momento de la vida. De acuerdo con Natalia Cantó, investigadora en emociones y socióloga de la UOC, las responsabilidades laborales y familiares absorben tanto la actividad diaria que hay poco tiempo para cosechar amistades dentro de la esfera social.