Si despobláramos la Tierra por 10 años, dejando el planeta sin intervención humana directa, se producirían una serie de efectos en los ecosistemas, infraestructuras y clima.
Estos son algunos de los cambios más probables, según la inteligencia artificial:
- Recuperación de Ecosistemas: Sin actividad humana, muchos ecosistemas terrestres y marinos comenzarían a recuperarse. Las especies que enfrentan presión humana, como animales en peligro de extinción, tendrían mayores oportunidades de reproducirse y expandirse. Bosques, pastizales y otros biomas probablemente expandirían sus límites en áreas que antes eran ocupadas por la agricultura y urbanización. Ecosistemas acuáticos también se beneficiarían, ya que la reducción de la contaminación y el cese de la pesca darían un respiro a las especies marinas y fluviales.
- Reducción de Contaminantes: La atmósfera experimentaría una notable reducción de gases contaminantes como el dióxido de carbono (CO₂), dióxido de azufre (SO₂) y otros productos derivados de la actividad industrial. Esto generaría una mejora en la calidad del aire y, probablemente, una reducción en la temperatura global debido a la menor cantidad de emisiones de efecto invernadero.
- Cambios en Infraestructura: Las infraestructuras humanas empezarían a deteriorarse. Sin mantenimiento, edificios, puentes, caminos y otras estructuras comenzarían a sufrir daños por el desgaste natural, corrosión y el crecimiento de vegetación invasiva. Ciudades grandes podrían empezar a colapsar, y el abandono de sistemas como redes eléctricas y plantas nucleares podría traer problemas adicionales. Algunas plantas nucleares, sin supervisión, podrían representar un riesgo de fugas radiactivas a medida que sus sistemas de seguridad fallen.
- Regeneración de Suelos y Reducción de Agroquímicos: Sin agricultura intensiva, los suelos comenzarían a regenerarse. La ausencia de agroquímicos permitiría que los nutrientes se restablezcan y reduciría la contaminación en aguas subterráneas. Las zonas cultivadas probablemente volverían a convertirse en áreas silvestres, favoreciendo la biodiversidad.
- Impactos en el Clima: Aunque la disminución de las emisiones humanas reduciría algunos gases de efecto invernadero, los efectos serían observables solo en parte debido a la inercia del sistema climático. Podríamos ver una desaceleración del calentamiento global, aunque los fenómenos extremos y el cambio climático ya en marcha tendrían efectos duraderos.
- Efectos en la Biodiversidad Humana: Si los humanos regresaran tras estos 10 años, encontrarían un planeta diferente, donde la naturaleza habría recuperado terreno y muchos ecosistemas se habrían equilibrado. Sin embargo, la readaptación de las infraestructuras y la reintegración a un ambiente donde especies nuevas o recuperadas podrían tener posiciones dominantes sería un desafío.
10 años de despoblación permitirían una recuperación de los ecosistemas y reducirían la presión sobre el medio ambiente.
Por otro lado, la infraestructura humana se deterioraría considerablemente, y el regreso de la población requeriría tiempo y esfuerzos de adaptación a un planeta más salvaje y menos domesticado.
¿Aparecerían otras especies?
Sí, durante una década sin intervención humana, muchas especies podrían expandir su territorio, y algunas incluso evolucionar para adaptarse a los entornos urbanos en transformación.
Estas son algunas formas en que esto sucedería:
- Especies Invasoras y Rápidas Adaptaciones: Con menos control humano, ciertas especies invasoras, como plantas exóticas, insectos o peces, podrían proliferar rápidamente en nuevos hábitats y competir con especies nativas. Además, la falta de actividad en infraestructuras urbanas podría abrir espacio para que nuevas colonias de insectos, roedores y aves se instalen y evolucionen.
- Megafauna en Ciudades: En las zonas urbanas, grandes herbívoros como ciervos y jabalíes, o incluso depredadores como coyotes y zorros, podrían aumentar su número y explorar áreas sin humanos. Las ciudades podrían volverse “refugios naturales” para estas especies, y algunas podrían experimentar cambios en su comportamiento y dieta, aprovechando el entorno urbano.
- Evolución Rápida y Adaptación: Algunas especies, como aves y pequeños mamíferos, podrían evolucionar para adaptarse a las nuevas condiciones en pocos años, ya que sus ciclos de reproducción son cortos y las condiciones para la selección natural habrían cambiado drásticamente. Por ejemplo, los insectos que se adapten a un entorno menos perturbado por los humanos podrían prosperar en mayor número, y los cambios genéticos en su población podrían ser más rápidos.
- Diversificación Vegetal y Nuevas Interacciones Ecológicas: La vegetación que vuelva a colonizar áreas urbanas crearía nuevos hábitats y promovería interacciones ecológicas inéditas. Las especies que prosperen en estas áreas podrían adaptarse a microclimas de concreto y acero, lo que permitiría la aparición de especies vegetales mejor adaptadas al clima urbano abandonado.

Esta es una ilustración de una especie hipotética que podría surgir en un mundo sin presencia humana por una década. La criatura combina rasgos de un zorro y un mapache, con características adaptadas a un entorno urbano lleno de estructuras cubiertas de vegetación. Su pelaje y patrones le permiten camuflarse en áreas urbanas tomadas por la naturaleza, mientras que sus extremidades ágiles le ayudan a moverse por los edificios y árboles.
La naturaleza tiene una capacidad asombrosa para adaptarse, y tras diez años, el paisaje natural y las especies en estos entornos podrían ser muy diferentes de lo que conocemos hoy.