Por Juan Carlos Díaz Sánchez
El último domingo por la noche, el presidente de la República Martín Vizcarra, dio un mensaje a la Nación, en el cual expuso la importancia y urgencia de la aprobación de las propuestas de reforma constitucional planteadas por el Ejecutivo al Congreso de la República. Este mensaje se da teniendo como trasfondo la demora del congreso en el debate de tales propuestas y en el posible cambio de la esencia de las reformas propuestas.
Como recordaremos, el presidente de la República en su mensaje a la Nación del 28 de julio del presente año, señaló que presentaría las propuestas de reforma constitucional, con la finalidad de que sea sometida a referéndum y dar a la población la posibilidad de decidir sobre temas tan álgidos como la no reelección congresal, la reforma del CNM, la prohibición del financiamiento privado a los partidos políticos y la bicameralidad.
Según el artículo 206 de nuestra Constitución Política del Perú, toda reforma constitucional debe ser aprobada por el Congreso de la República y ratificada por medio de un referéndum. Sometiéndose a este procedimiento es que el presidente presenta las propuestas de reforma constitucional para que sean aprobadas por el Congreso. Sin embargo, según la propia Constitución el Congreso está en la facultad de analizar, introducir cambios e incluso reformar la propuesta del Ejecutivo.
Y justamente esto es lo que estaba pasando, pero en realidad el Fujimorismo estaba haciendo uso de lo establecido en la Constitución para demorar y alargar este proceso de reforma que les había puesto contra las cuerdas, pues ellos pensaban que eran los únicos que podían cambiar la constitución, cuando ellos querían y en la forma que querían.
Frente a esta situación es que el presidente el último domingo 16 de setiembre planteó una cuestión de confianza sobre las propuestas de reforma presentadas. Ahora bien según el artículo 133º de nuestra Constitución, quien está facultado para presentar esta cuestión de confianza es el Presidente del Consejo de Ministros. Es por ello, que algunos ya hablan de una posible vacancia presidencial por cuanto el presidente habría cometido una infracción constitucional al haberse atribuido una facultad que no le compete.
Sin embargo, lo que más ha exacerbado los ánimos es el hecho de que según el artículo 134º de nuestra Constitución, el Presidente está facultado para disolver el congreso si éste ha negado la confianza a dos consejos de ministros. Y no olvidemos que ya PPK había presentado una cuestión de confianza que fue negada y obligó a renunciar a todos sus ministros.
Parece que el presidente Vizcarra aprendió la lección y no espero el paseo del Fujimorismo, por lo que, no tardó en presentar una cuestión de confianza. Obviamente como ahora está en riesgo la permanencia de todos los congresistas, todos se han puesto las pilas y han trabajado como hormigas, tal es así que ya aprobaron una reforma constitucional. Parece que el Fujimorismo está acostumbrado a trabajar a presión.
Pero esto no quedará ahí. En el Fujimorismos no se puede confiar, estoy seguro que ya están preparando el contrataque.